Puertas correderas de cristal, un básico en todo hogar
Las puertas correderas de cristal crean tendencia. Pueden parecer un sistema de cierre obsoleto y poco innovador por el simple hecho de que nuestras abuelas o madres ya las tenían incorporadas dentro de la decoración de su coqueto departamento de protección oficial hace más de treinta años. Sin embargo, nos olvidamos de su presencia en series tan “chic” como Madmen, Sexo en Nueva York o incluso Breaking Bad. Pero, entonces ¿Cómo es que no nos acordamos? ¿Será que efectivamente son aburridas?
Para nada en absoluto, no las recordamos porque cumplen a la perfección su propósito, pasar desapercibidas y resaltar aquello que es realmente importante, el entorno que las rodea. Decorar no implica llenar de objetos un espacio, sino hacer que todos los que estén parezcan uno. La decoración de interiores consiste en orquestar cada objeto, cada color y cada textura para que canten como una sola voz, sin gallos ni desafinos.
Las puertas correderas de cristal son ante todo una cosa, correderas. Este atributo permite ganar espacios habitables o utilizables a tu hogar u oficina sin necesidad de pagar más metros cuadrados. Además este tipo de puertas “vintage”, “clásicas”, o como quieras mencionarlas, han sabido adaptarse a cada persona. Están ideadas tanto para exhibicionistas como para vampiros, sólo es cuestión de cambiarle el color del vidrio y su opacidad.
Además presentan otra gran ventaja, si por cualquier motivo decidimos que eso de las puertas correderas de cristal ya no es lo nuestro, y que preferimos las puertas de madera modelo “Conde de Montecristo” siempre nos quedará una opción; llamar a un cristalero para que nos corte el vidrio y poder utilizarlo como superficie para una mesa, para mampara de baño o quizá como nuestra urna para nuestra próxima colección de barquitos de madera.
Las puertas correderas de cristal; clásicas, pero sexys.